Entiendo la inclinación hacia una formación polí­tica de cualquiera de mis conciudadanos, pero eso no obvia que en los planteamientos expresados para justificar según que situaciones, esa afinidad provoque que se estén equivocando con el planteamiento, me explico.

El dia 30/9 y a ultimí­sima hora, se salva el texto de propuesta estatutaria, gracias a la intervención de CiU en el Parlament. Al añadirse estos al acuerdo incluyendo prácticamente el 90% del aspecto de financiación, se consiguió que, el 89% de los diputados/as (CiU, PSC, ERC e ICV) apoyasen el texto que finalmente se presentaría en Madrid.

El dia 1/10, el PSC a través de su secretario primero Sr. Montilla, anunció ya la presentación de enmiendas al texto que horas antes habí­a consensuado en el trámite en Madrid, cosa que provoco la imposibilidad de defenderlo de forma unitária y que habrí­a sido la mejor de las estratègias si en el fondo la intención hubiese sido mantener ese acuerdo de máximos. ¿Como es posible que una formación que por la noche firma una cosa manifieste su intención de cambiarla al dí­a siguiente? Y lo que es más significativo ¿Qué confianza merece esto ante los que deben defender junto a ellos una posición unitaria?.


Se hace referencia al acuerdo Mas-ZP, comparándolo a la mayor de las afrentas y traiciones, cuando éste se produjo una vez PSC-ICV-PSOE ya estaban de acuerdo y necesitaban que se añadiera al pacto cualquiera de los dos partidos catalanistas, CiU o ERC o los dos a la vez, ¿o alguien ha escuchado a PSC e ICV, criticarlo alguna vez?.

No entiendo es interés en centrar las culpabilidades en CiU , cuando lo que se deberí­a criticar es la incapacidad de rentabilizar, por parte de ERC el apoyo al gobierno del PSOE desde el 2004, introduciendo esas mejoras que, horas antes del acuerdo no les parecian irrenunciables y que 1/2 hora después si lo fueron. Cuando TODOS van en una dirección y otro en la contraria a lo mejor, y solo lo planteo, quien se equivoca es este, no los demás.

La historia nos dirá si al final CiU va a tener ministros en Madrid o en Tegucigalpa, lo que si dice hoy en dí­a es que ERC SI LOS HA TENIDO ya, durante la 2ª República, no siendo esto a mi entender, nada que descalifique a un partido, sino el simple juego polí­tico al que debemos acostumbrarnos a asistir, sin tanto apasionamiento.