Si alguien hubiese criticado a un juez judío por condenar a un ciudadano alemán argumentando sobre su resentimiento hacia los arios por el Holocausto, le habrían tachado de antisemita. De igual forma cualquiera que no empleara en su empresa trabajadores magrebíes simplemente por serlo y se jactara en público por ello, sería tratado de xenófobo.

Imaginémonos por un momento que Bernd Schuster, el otro día después del partido ante el Sevilla, hubiese justificado su derrota porqué el arbitro fuese negro, seguramente se hubiesen levantado todos los estamentos habidos y por haber y voz en grito la habría calificado de racista ......pero como era catalán.

Los catalanes que conocemos bien a Schuster por haberle acogido entre nosotros durante 8 largos años no se lo vamos a tener en cuenta y no porque sea alemán, sino porque ya sabemos de que pie cojea el amigo Bernd.