Se dice, se comenta hoy en tertulias radiofónicas, que barones del PP, con Rajoy incluido, son de las misma tesis que Piqué, en relación a la estrategia adoptada sobre el 11M, han acordado un golpe de timón en la estrategia adoptada ya que a parte de presentar a la organización como un partido que mueve a la crispación civil, evidencia una falta de alternativa política, que a estas alturas les está perjudicando claramente.

Cuentan también que los impulsores de tal dislate, el portavoz popular Eduardo Zaplana y el vicepresidente del PP, Ángel Acebes, siguiendo los dictados del ideólogo neocon y tercera pata de la santísima trinidad con Bush y Blair, Jmª Aznar, buscan redimirse el uno internamente, Zaplana, en busca del prestigio perdido dentro de su propio partido y el otro, Acebes simplemente seguir ahí, (los méritos de este señor son más bien escasos) pero tanto el uno como el otro, son cadáveres políticos.

Entienden, las tendencias moderadas del PP representadas por Piqué, Gallardón y Rajoy, que un partido que aspira a centrarse para recoger el testigo de la UCD/CDS de Adolfo Suárez, no puede estar cuestionando a jueces y policías, posesionándose a la sombra de los caprichos de otro de los semi-dioses del circo nacional como es PJ Ramírez , un día sí y al otro también y precisan adoptar una postura moderada, que les permita explicar simplemente sus alternativas ideológicas frente a las de su máximo oponente, el PSOE o sea, lo que NO estaban haciendo actualmente.

Y es que también son conscientes, de que en la montaña rusa en la que se habían montado, nadie más quería subir, ni tan siquiera partidos más próximos a nivel ideológico con quienes pactar posibles mayorías como podrían ser CiU, PNV o los nacionalistas Aragoneses o canarios que han conservado sus posiciones centristas,ya que no iban a ser socios de un partido de extrema derecha. Ante la desesperanzadora expectativa de permanecer en la oposición una larga temporada, entienden imprescindible la necesidad de dar un giro de 180º. El tiempo nos dirá también, si de soltar algún que otro lastre que derivaba la vagoneta peligrosamente hacia la extrema derecha, corriendo el riesgo cierto de descarrilar.

La maraña que en su día tejió, quien en otro de los errores de bulto a los que nos tiene acostumbrados, situó la existencia de España en el 711, año del inicio de la época musulmana en la península y situando a Occidente en guerra efectiva contra Oriente, ha hecho a los dirigentes del PP, prisioneros del entorno, ese ente al que Johan Cruijff en su dio nos descubrió para nuestro Barça de forma abstracta y que en el caso del PP se concreta en el Mundo, ABC o COPE por citar a los más evidentes.

En el PP en su lícito empeño de aglutinar al mayor número de tendencias conservadoras, se han apalancado otras claramente 'integristas' minoritarias, que representan a la extrema derecha, en España no existe ninguna organización política que lo haga y en algún sitio tenían que caer. El porcentaje de esta ideología en una sociedad moderna como la nuestra, no pasa de ser una simple minoría al igual que en el PP. EL problema ha venido en cuanto miembros de esa minoría se han encaramado en el poder, derivando a toda la organización hacia la radicalización y dejando huérfano el tan anhelado centro político, ocupado rápidamente por el PSOE en España y los nacionalistas moderados en el resto de autonomías.

Les queda muchísimo trabajo por hacer (11M, Estado Autonómico, Porceso de pacificación de Esuzkadi). Lo más urgente, reposicionarse y lo más importante, hacer su discurso creible, convencernos al resto que lo suyo ha sido un desliz pasajero.

Se puede ser de derechas sin tener que esconderse obviamente, pero los tiempos actuales precisan de una apuesta firme por el diálogo y no de confrontación y sectarismo. No se puede ser es más papista que el Papa, en este caso más neocon que el propio Busch.


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