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Era hora ya de que alguien fuera el primero en dar un paso hacia la erradicación de las modelos de aspecto cadavérico y enfermizo de las pasarelas de moda.

Ha tenido que ser CIBELES, la pasarela madrileña, la que le ha puesto el cascabel al gato, normalizando una situación que se pedia a gritos y establecendo un mínimo de masa corporal de 18 para poder desfilar en el certamen de moda.

Obviamente el tema de la talla, 34 o 38 podría ser algo subjetivo y la decisión de formar un 'comité' compuesto por diseñadores, publicistas y nutricionistas ha hecho que el tema sea visto ya como el inicio de una tendencia y además lo ha revestido de un aire de normalidad que hacía muchisima falta.

Tampoco se van a permitir maquillajes que ensalcen el aspecto de 'tuberculosas' que en alguna presentación se había visto contribuyendo así a desterrar los modelos de 'belleza' que provocaban no pocos problemas en nuestra juventud con la anorexia y la bulimia.

Un paso en ese sentido sería también de agradecer en todos aquellos que algún día pretendan dedicarse a la política, pero en lugar de buscar una cintura de avispa, validar el coeficiente intelectual y el raciocinio de quienes van a ocupar un banco en cuarquier institución pública.

Eso lo agradeceríamos todos sobremanera.