He asistido atónito al espectáculo más lamentable de los últimos tiempos en lo que a actuaciones de responsables políticos se refiere, ¡Cuanto me ha decepcionado Ruiz Gallardón!.

La orden de retirar de cartel la obra 'Lorca fuimos todos' que Pepe Rubianes como director, tenía programada en el reciente ciclo de homenaje a García Lorca en el teatro español de Madrid, ha sido , por llamarlo de la manera más suave posible, de un esperpéntico total.

El caso es que a mi Pepe Rubianes, ni fu ni fa, (a partir de ahora lo miraré de otra forma). Lo considero un buen monologuísta que sin embargo, quizá por un empacho de apariciones en nuestra querida tv3, me cansa. Sin embargo eso no pasa de ser una apreciación personal, algo muy íntimo que puede ser compartido o no por más gente. Lo que de ninguna manera es admisible, en una sociedad como la nuestra, a la que se supone democrática, es querer asumir roles que no nos tocan en momentos en los que no nos competen.

Me explico, recientemente en un programa de los de sobremesa, Rubianes arremetió, con el estilo 'directo' que le caracteriza, contra la España unificadora y poco dada a reconocer las diferentes realidades que la conforman. Obviamente, como este tema siempre hace aflorar los más terribles fantasmas, se montó una de aquí te espero, a lo que Pepe, reaccionó, explicando el sentido de sus palabras y pidiendo perdón para quienes se hubiesen podido sentir aludidos y ofendidos por ellas.

Es evidente que las presiones hacia el consistorio madrileño, por aquellos barros, han traido estos lodos, y el resultado final es que se ha CENSURADO, como en los tiempos del generalísimo, una obra teatral, entiendo yo, como castigo a una forma de pensar y de expresarse contraria a la del 'poder establecido'.

En democracia el no estar de acuerdo con el pensamiento de los demás, requiere poner en juego el recurso de la argumentación y la dialéctica, pero de ninguna manera métodos a los que creía ya olvidados y que a algún otro director, le costó pasar por un consejo de guerra, no hace demasiado tiempo.

España no está normalizada, y no lo estará mientras los cuatro de siempre se sientan elegidos para representar el papel de nuestros Pepitos Grillos particulares, apañados iríamos, si ellos nos dictasen las reglas.