Máscara del carnaval de VeneciaLa existencia de esas dos Españas que refería Machado se han vuelto a poner de manifiesto con la presentación de los recursos ante el constitucional tanto del PP como del Sr. Múgica (defensor del pueblo), contra l´Estatut de Catalunya, como culminación de la oposición al proceso de negociación que primero en el Parlament y después en las Cortes Generales que los grupos de derecha, han manifestado.



En un primer momento el ataque respondía a un intento de marcar el terreno que en parte surtió efecto, ya que en las filas del PSOE, el valedor del cambio en España, existen sentimientos Nacionalistas españoles extremos y de ellos se valieron para acotar la petición que el 30 de Septiembre del 2005 salió de nuestro Parlament, y el segundo objetivo, mantener el tema del rompimiento de la patria en el candelero mediático e intentar entorpecer en lo posible todo el proceso, con declaraciones de responsables políticos, de jueces ultra conservadores, de presidentes de comunidades socialistas, de algún ministro, de la Curia, de personajes vestidos de caqui.



Una vez rebasado el primero, el segundo debe prolongarse tanto como sea posible como mínimo hasta que el gobierno actual decida poner en marcha el proceso electoral y a partir de ahí, en un símil de fallas, encender la traca final.



En mi opinión, todo este proceso es completamente lícito, lo mismo que lo es el no hacerle ni caso y seguir adelante contando con la mayoría suficiente que lo respalde y tampoco debería ser baladí, la constatación una vez haya finalizado, de que quienes desde el principio han promovido su oposición hasta el insulto, la obscenidad de las mentiras, convocar pseudoreferendums en los que votó el universo Marvel al completo y por último la presentación de sendos recursos ante el TC, por fuerza obligaría a asumir responsabilidades para aquellos que han demostrado que, con buena fe o mala intención, no han sabido interpretar la Ley de Leyes que nos rige a todos y que si por ellos fuera, hoy no existiría.



Y no vale escudarse tras la ambigüedad de un texto legal, puesto que es posible con buena voluntad ponerse de acuerdo, sino de la interpretación que de ella se hace, Catalunya percibe bien a las claras hasta donde, España ,está dispuesta a llegar y eso tiene más bien poco recorrido.



El gran interés en clarificar la situación de facto de esta relación contranatural Catalunya-España radica en recalcar, en recordar a los catalanes y por ende a los que puedan tener las mismas aspiraciones nacionales que nosotros, que el una , grande y libre de no hace tanto tiempo, sigue vigente y presente en la mente de la mayoría de ciudadanos españoles y que para romper esa tendencia, para cambiar ese posicionamiento, quien más tendría que democratizarse son precisamente quienes abogan por ello, el derecho de conquista no lo es sobre unos legajos sino sobre el territorio, Catalunya y las gentes que lo habitamos, los catalanes.



Aflora cada vez que resurge el debate la eterna canción de los rompimientos y se lanzan llamadas a preservar unidades ficticias, que de no cuidarlas al igual que los amores, acaban por desaparecer, simplemente porque a uno de los dos deja de apetecerle el ayuntamiento y viene la secesión.Aquí, en Catalunya, el sentimiento de pertenencia a España, ha pasado por múltiples etapas, la de ahora, especialmente difícil puesto que después de la crítica feroz de la que hemos sido objeto durante dos años y medio, (después dirán del Rubianes), ahora toca el turno de la presentación de los recursos de inconstitucionalidad.


Es algo legal, pero sobretodo predecible por parte de aquellos que en su día también impulsaron la resistencia de una ciudad, Salamanca, contra el retorno del expolio documental franquista.Esa España, huele a moho, a moho y naftalina, pero ojo no me pase como al Pepe, esa España rancia, que no ve más allá de las herencias psicológicas recibidas y para la que su identidad como nación/pueblo, significa la erradicación de las demás y eso en pleno siglo XXI, si que es preocupante.



Posiblemente si en la actualidad volviéramos a reeditar el liderazgo de dirigentes como lo fueron Jordi Pujol, Roca i Junyent, Raimon Obiols, Heribert Barrera, etc. sería el momento propicio para dar un paso hacia delante y que España y Europa tengan claro cuales son nuestras aspiraciones.