Que la gestión de Montilla al frente del ministerio de Industria fue, por ser benevolente, bastante gris, era ya un hecho más que evidente, corroborado ya por segunda vez por la justicia al anular otra de sus grandes decisiones, el trasladode la CMT desde Madrid a Berna, la primera fue la de la OPA de GN sobre Endesa.

Se podría añadir también el follón aeroportuario que se originó este verano en el Prat y que ni él si su homólogo de interior supieron atajar, convirtiendo lo que debería haber sido el inicio de una merecidas vacaciones para muchos, en una auténtica pesadilla.

Gestionar tiene el riesgo de equivocarse, de eso nadi está exento, lo que si se pide por lo menos, es no cagarla tan amenudo.

Para alguien sin estudios, el reto de un ministerio es algo sublime y no le achaco a ese hecho el éxito o el fracaso de su gestión, estando de alcalde de Cornellà y con los mismos estudios pero menos experiencia aún, cumplió una etapa con bastantes éxitos, eso cabe recordarlo, pero un ministerio es otra cosa.

En su nueva andadura, el sr. Montilla se prepara para una etapa de 4 años como president de la Generalitat y la tarea se presenta árdua. Difícil por el hecho de tener que lidiar conlos sectores nacionalistas de su partido el PSC, aunque estos han perdido prácticamente todo su poder, con una ERC que a poco que le de la locura, le puede montar un pollo al estilo de Carod y sus conversaciones de Perpignan o con las pataletas de niño pequeño de un Artur Mas, desde las banquetas de la oposición que lo van a escudriñar al segundo y no le van a dejar pasar ni una, deberá aplicarse más que cuando en Industria.

Lo que si le pediria al Bachiller Montilla, es que aprenda a hablar catalán. Es lamentable que el presidente de Catalunya tenga esa dificultad en expresarse en nuestra lengua como lamentable es que una formación que se autocalifica de independentista, haya dado juego a esta situación.